Desde hace varios años El Universal viene insistiendo desde este espacio acerca de la necesidad de desarrollar el turismo rural en Bolívar, y en la administración de Gossaín se ha avanzado mucho.
Desarrollar turísticamente a una zona “virgen” como el campo de Bolívar ofrece retos enormes, desde la infraestructura vial hasta la de energía eléctrica, agua potable y sanitaria. Pero también tiene muchas fortalezas precisamente porque se puede comenzar de la nada, pero con la experiencia y respaldo de esta industria en Cartagena.
Esta ciudad comenzó el turismo de manera empírica, a punta de prueba y error y muchas veces con las uñas. Pero ya el sector tiene muchísima experiencia y profesionalismo, y este bagaje debe servir para no dar palos de ciego en el Bolívar rural, que tiene tantas fortalezas.
Uno de sus sitios emblemáticos es San Basilio de Palenque, el “primer pueblo libre de América”, lugar histórico, aunque con algunos mitos que investigadores como Alfonso Cassiani y otros desvirtúan con sus publicaciones. Los intelectuales de Palenque están separando mitos y realidades, para contar la historia verdadera de su pueblo, y también salvan el idioma palenquero, hecho de palabras en español, portugués y varios dialectos africanos. El pueblo también produjo un libro de cocina premiado en el extranjero y admirado aquí. Palenque, en pocas palabras, ha tenido un renacimiento cultural enriquecedor.
Y ahora se embarca en el turismo, actividad desarrollada principalmente en tours desde Cartagena y que duran un día, regresando los visitantes a dormir a la ciudad después de recorrer el pueblo, conocer a sus gentes, oír algo de su música y probar su comida. Y ya están comenzando a dar un paso enorme para añadirle valor a la industria turística local: desarrollan una red de posadas para que sus visitantes puedan dormir allí.
Según datos proporcionados ayer a El Universal por Icultur, en el pueblo ya hay 25 posadas, es decir, 25 casas con una habitación cada una, dedicada a recibir huéspedes (50 mil la noche, con desayuno). Y donde hay posada ya hay un baño con agua corriente, porque Palenque estrena acueducto y alcantarillado.
La hotelería de Cartagena y otras entidades apadrinarán las posadas de palenque y entrenarán a quienes lo deseen acerca de cómo prestar buenos servicios turísticos, y ojalá eso incluya ayudar a sus dueños a que cada habitación tenga su propio baño, además del de la familia de la casa.
No deberían desaparecer todas las casas de bahareque y palma de antaño, con sus rayas y dibujos ancestrales en colores vegetales, muchas reemplazadas por el inevitable cemento y techo de láminas. Las casas originales, o nuevas pero con la construcción tradicional, con sus patios enormes y cocinas externas, con espacio para los burros, mulos o caballos de trabajo de la familia, deberían ser parte de lo que la gente pueda conocer.
Qué bueno que Palenque aproveche el turismo, y que sus líderes influyan para mantenerlo sano, evitando los errores de otros lugares.